domingo, 10 de marzo de 2013

...Y salí a mi porche, con mi camisón como única protección. La noche estaba cerrada y el vecindario dormía. No sentía miedo, como siempre sabía que no estaba sola...

Para mi sorpresa descubrí que la lluvia no mata, solo moja. En seguida el camisón se me pegó al cuerpo, el pelo mojado cubría mi cara. Hacía frío, siempre hace frío, siempre siento frío, y sin embargo, me gustó la sensación del aire mojado en mi piel. Así es...sentía que estaba viva...a pesar de los pesares, a pesar de sus pesares, yo, sigo viva...

Y mi perro-lobo empezó a aullar, "métete dentro insensata!! o te tendré que salvar!!"... "sal Poco-Yó!!! ven!! vamos a jugar!! y la pelota???" Y descalza, empapada, con un par de pelotas (de tenis), mi perro, mi insomnio y yo, jugamos en el jardín a hasta las tantas...Y los dolores desaparecieron...no me dolían los ovarios (me encanta ser mujer y esos días tan maravillosos en los que según los anuncios, te sientes en una nube...), ni me dolía la piel, la espalda no chillaba y andaba recta, mi boca estaba relajada y me dejaba silbar canciones que no debían ser del gusto de mi perro, porque saltaba encima de mí...los dedos de las manos se movían con naturalidad, estaba viva, y de repente, ya no estaba enferma. Mis pies descalzos sobre la loseta corrían de un lado para otro, mojados, pisando los charcos que se habían hecho en la parcela (gracias a los rumanos que me hicieron la obra que no saben lo que es una canaleta...). Me había olvidado de lo divertido que es pisar charcos, correr bajo la lluvia, jugar a la pelota, jugar al pilla pilla con Poco-Yó, andar descalza y sin que nadie te regañe. Me había olvidado, de que yo..., sigo viva...

Y disfruté como aquel día nublado en la playa de Somo jugando con el Gran Adolfo I, saltando entre las rocas, con aquellas sandalias de agua insufribles que hacía más mal que bien, que después de quitártelas, del roce del agua salada, casi te tenían que amputar los pies y hubiese sido preferible ir de roca en roca descalza, y mi camiseta de "Petete" el del libro gordo, para protegerme del sol, "qué sol si está nublado, abuelo?"...y me acordé de aquel día, saliendo del cole, con mis botas de agua azul marinas a juego con mi uniforme, camino a casa con mi madre, saltando de charco en charco y mi madre regañándome..."Ana!! eres incorregible!! estás poniendo perdido a tu hermano!!". Tendrían que haber estado esta noche todos conmigo, saltando descalzos...por qué nos prohíben cosas tan divertidas, que a mis 35 ejem...digo 25 años tengo que descubrir?...

...Y Poco-Yó se cansó de jugar y se metió a su caseta "sigue tú saltando tía loca, que ni son horas, ni tengo complejo pollo!! que estoy empapaó!!". Se acabó lo que se daba...me metí en casa, chorreando,
me quité el camisón. Desnuda frente al espejo me observé, mis cicatrices de guerra, mi palidez invernal, pero no vi ni rastro de enfermedad, ni asomo de ninguna preocupación. Me duché, me sequé, y me tomé una buena taza de café, que no nescafé, y bien entrada la noche, descubrí, ya calentita en mi sofá, que me había olvidado, de que yo, sigo viva.

Uno de mis grandes mentores del s.XX ya me avisaba en una de sus grandes obras....os dejo en forma de canción su gran legado...

No todos los días son buenos, ni muchísimo menos!!, pero siempre hay algo bueno cada día...

Anasingrey.

P.D1.: hoy me siento viva, mañana que nadie me llame, estaré con 40º de fiebre por la pollez en cuestión!!
P.D.2.: no dejéis nunca de pisar charcos!! Pensaréis que estoy loca, hacéis bien, pero seguro, que más de un@, le hubiera encantado hacerlo...

4 comentarios:

  1. Te habías olvidado que seguías viva pero nunca te olvides tampoco de tu sentido del humor y que puedes reírte de ti misma. Pruébalo y verás que bien te sientes.

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  2. Quizás se te olvidó que estabas viva, pero no vivir, te lo aseguro, tú eres y das vida.

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